6 octubre 2010
Al menos siete muertos, seis personas heridas y 116 desaparecidas es el balance provisional de un vertido tóxico producido en Hungría el pasado lunes. Tres provincias se han visto afectadas por esta marea de barro rojo cargado de metales pesados procedentes de una fábrica de aluminio.
El derrame, de un millón de metros cúbicos de agua y sustancias contaminantes, se produjo en la localidad de Ajka, a 165 kilómetros al oeste de la capital, Budapest. La rotura de la balsa de contención donde se almacenaban los residuos de la producción del aluminio se rompió por causas aún desconocidas, y arrastró a los fallecidos, un hombre, una mujer y dos niños.
Las provincias de Veszprem, Gyor-Moson-Sopron y Vas se encuentran en estado de emergencia, dada la alta toxicidad del vertido, compuesto por silicio, hierro, plomo y otros metales pesados corrosivos y alcalinos. En las localidades de Devecser han sido evacuadas más de 400 familias, en Kolontar 900 personas han tenido que salir de sus casas cuando el barro tóxico les llegaba a las rodillas.
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EFE (ABC) Vista aérea del dique rojo |
Según cuenta el secretario de Estado de Medio Ambiente, Zoltán Illés, el Danubio, el segundo más largo de Europa, no es el único río amenazado, ya que otros dos podrían también resultar contaminados, el Raab y el Mosoni Duna, a unos 100 kilómetros del punto de origen del vertido.
El personal técnico apunta que la marea roja podría llegar al Danubio en cuatro o cinco días.
La planta, propiedad de la empresa MAL Zrt, apunta a un problema meteorológico, ya que aseguran que la balsa de contención se rebosó con las últimas lluvias. Para Illés, sin embargo, la causa de la rotura pudo deberse a una sobreproducción que hizo llenar en exceso el espacio hasta romper el dique de contención. Mientras, los equipos de limpieza ya trabajan sobre la zona afectada para intentar controlar el vertido.

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